Ecce homo, Nietzsche

22 de septiembre

El silencio en que caemos ante lo bello es un profundo esperar, un querer oír las más finas y lejanas tonalidades; nos conducimos como una persona que fuera todo oídos y ojos; la belleza tiene algo que decirnos, por eso guardamos silencio y no pensamos en lo que en otra ocasión pensaríamos. Por consiguiente, nuestro silencio, nuestra expectación, nuestra paciencia, es una preparación y nada más.Esto es todo lo que sucede en una contemplación.

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