Los viernes mercado, narración
Mayo 10 de 2019, el mercado de frutas y verduras es una aliciente semanal, el bullicio de personas -más de 20 nacionalidades diferentes censadas en Denia- rodean los puestos repletos de frutas y verduras.
JAH
Si la fotografía cita la apariencia y si la expresividad se logra mediante lo que hemos denominado la cita extensa, entonces se nos ocurre la posibilidad de componer con numerosas citas, de comunicar no con fotografías particulares, sino con grupos o series. ¿Pero cómo deberían construirse estas series? ¿Puede pensarse en términos de una forma narrativa verdaderamente fotográfica?
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Los reportajes gráficos son el testimonio de un testigo presencial más que una historia, y es por esto por lo que tienen que depender de las palabras para poder superar la inevitable ambigüedad de las imágenes. En los reportajes, las ambigüedades son inaceptables; en las historias son inevitables.
Si existe una forma narrativa propia de la fotografía, ¿no se parecerá a la del cine? Sorprendentemente, la fotografía es lo contrario de las películas. Las fotografías son retrospectivas y asi se las acepta: las películas son anticipadoras. Ante una fotografía uno busca lo que estaba ahí. En el cine esperas ver qué viene a continuación. Toda narrativa cinematográfica, en este sentido, es aventura: avanza, llega. El término flashback es un reconocimiento de la inexorable impaciencia por la que película avance.
Por el contrario, si existe una forma narrativa intrínseca a la fotografía fija, ésta buscará lo que sucedió, como ocurre con los recuerdos o reflexiones. La propia memoria no está hecha de flashbacks, cada uno de los cuales se mueve inexorablemente hacia adelante. La memoria es un campo en el que coexisten diferentes tiempos. Es un campo contínuo en términos de la subjetividad que lo crea y lo extiende, pero es discontinuo en su temporalidad.
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Uno puede tumbarse en la tierra y mirar un número casi infinito de estrellas en el cielo nocturno, pero para contar una historia sobre esas estrellas es preciso verlas como constelaciones, deben darse por supuestas las líneas invisibles que pueden unirlas.
Ninguna historia es como un vehículo de ruedas cuyo contacto con la carretera es continuo. Las historias caminan, como los animales o los hombres. Y sus pasos no se hallan solo entre los sucesos narrados, sino entre cada frase, algunas veces cada palabra. Cada paso es una zancada sobre algo no dicho.
El cuento de suspense es un invento moderno (Poe, 1809-1849) y en consecuencia hoy se tiende tal vez a sobrestimar el papel del suspense, ese esperar-el-final, de las historias. La tensión esencial en una historia se encuentra en otra parte. No tanto en el misterio de su destino como en el misterio de los espacios que hay entre los pasos hacia ese destino.
-John Berger, «Otra manera de contar» («Another way of telling», publicado en 1982), en Para entender la fotografía (textos de John Berger, edición e introducción de Geoff Dyer, Ed.Gustavo Gili, 2015)