Poco después del vigésimo día del Noveno Mes
Poco después del vigésimo día del Noveno Mes, fui de peregrinación al Templo de Hase y pasé la noche en un alojamiento muy sencillo. Exhausta, de inmediato caí profundamente dormida.
Me desperté de noche, y la luz de la luna se filtraba por la ventana iluminando las ropas de cama de todas las personas en la habitación. Su claro brillo blanco me conmovió enormemente. Es en ocasiones como ésta cuando se escriben poemas.
-Makura no Sōshi, El libro de la almohada